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Latest Writings

Querida amiga



No es porque siempre arrasas en todas las fiestas y reuniones... no.
No es porque sales con Jorge, el más bueno de la clase, Ni porque le montabas los cuernos con Juan.
No es porque después de ese último cóctel perdiste la cordura.
No es porque me fui con tu novio mientras te vomitabas los zapatos.
Ni que tomé los preservativos de tu bolso y me perdí con él encerrándonos en el cuarto de lavar,
y me chupó mientras sonaba la música.
Y lo chupé semidesnudo y sudoroso.
Me dijo que sabía rico, le dije que él igual
lo vi bien erguido, es verdad, ahora te creo que lo tiene grande.
Le coloqué el condón con delicadeza,
me penetró sin el más mínimo cuidado.
Yo medio gritaba, total nadie me escuchaba,
no con la música a todo volumen.
Yo montadita en la máquina lavadora
y él hacia delante y atrás.
Como una canción de Franz Ferdinand
me lo daba todo
se lo di todo.
Y fue como hacer ejercicio, al final no es tan bueno como dices sólo por el momento.
No es porque eres mi única amiga
ni por que te entiendo
simplemente no me da la gana de contártelo.

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Heavy Metal


Provengo de una familia disfuncional, de esas en la que debes esforzarte para salir de allí y no terminar como ellos, satisfaciéndote con poco y culpando a tu destino de lo que no pudiste hacer con tu vida.

Mi padre, un workaholic que desde muy joven tuvo que enfrentarse a la vida, y mi madre, que desde muy niña le puso todo a lo que viniera, sea trabajo, vida, dos niños y un hombre que no paraba en casa.

Por comodidad se separaron, quiero decir, seguían casados por cuestión del seguro médico, y por no cargar con el estigma de ser divorciados en una sociedad que con mente puritana había entrado en la pseudo modernidad por moda, y aún no entendía ( ni entiende) esas cosas. El se mudo a un sencillo apartamento del centro, (de esos tipo estudio, una sala, un baño, un colchón en el suelo, una mesa, un TV, una soledad infinita) y mi madre con la casa y muchos cuartos para jugar, pero nunca con tiempo suficiente para hacerlo.

Secretamente, aunque nunca me faltó, (dinero, ropa, zapatos, comida y esas cosas que nunca valoramos concientemente), odiaba no tener a un padre cuando lo requería, sólo algunos fines de semana en la playa o de parques, de esas películas que atesoro, de dinero extra en la mesada para comprarme algo que se me antojaba, pero apenas me daba el beso de despedida, mi mente empezaba a odiarlo, imaginándolo yendo con una mujer más joven que la esperaba en casa, temiendo el día en que nos la presentaría, y nos dijera hijastros.

Luego al ir creciendo y ser una adolescente la relación con él fue cambiando, pasando de ser el padre protector a ser una clase de amigo extraño, y pronto intercambiábamos cassettes de Nirvana por Led Zeppelin, Blur por The Beatles y llevarme a cuanto concierto se me ocurría. Mi primera cerveza me la pagó él, mis clases de manejo fue con su carro, mi primera charla de sexo, fue con él.

Ya cuando entré en la universidad, tuve, por necesidad que quedarme en su casa. Me daba temor lo que encontraría allí, y la verdad es que nunca había ido. pero en vez de encontrarme con un altar a un amor secreto, había uno al minimalismo y la funcionalidad, muchos libros, discos, un sitio para disfrutar la paz, la soledad. Cuando se iba al trabajo y yo estaba a solas, exploraba buscando algo que me dijera que una mujer había estado allí.

Ya vencida, revisando el armario, vi una caja de cartón de esas del mercado, con signos de mucho uso. Pensé cuando la vi, que era donde mi padre guardaba esas cosas que los hombres solos tienen para aliviarse ellos mismos, y antes de abrirla elaboraba teorías: mi padre sería del tipo que prefiere Playboy o Penthouse, o ¿estaría hasta el tope de videos de siliconadas rubias o exóticas asiáticas?

Tras mucho pensar la abrí, como si fuera ese tesoro oculto que nunca descubrí en la playa, de esos que plagaban los cuentos infantiles, y sí, eran revistas, pero de esas que nunca había visto. En las portadas, salía una mujer guerrera medieval, o una del futuro, sexys, fuertes, vulnerables a veces, cómics, con otro estilo, historias donde los buenos a veces no ganaban.

Las leía y releía una y otra vez, me aprendía los nombres, de los autores: Corben, Royo, Caza, admiraba su trazo, secretamente me excitaban sus relatos. Y ese nombre tan fuerte y pegajoso, que no tenía nada que ver con lo que siempre pensé que era ese estilo musical se tatuaba en mi mente como un scarcing: Heavy Metal.

Al final, mi padre me descubrió viéndolas, su pequeño, sucio secreto, su vicio (el único que le conozco) era leer esas historietas. Juntos, compartimos esas viñetas, escogíamos las que más nos gustaban, yo misma empecé a comprar la revista, a enseñarle en internet la obra de los autores, y no, al final no había otra mujer, sino muchas mujeres, con espadas, con lásers y con mala actitud. Vimos la película juntos, esa rancia de los 80, le regalé en su cumpleaños la que salió hace algunos años.

A veces cuando me va mal, pienso que soy esa mujer guerrera que volando, se enfrenta a su destino para salvar a alguien.

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Striptease o como perder casi dos horas de sueño


Anoche vi una peli en un canal por cable, la verdad me la quedé viendo por mi insomnio, pero como supuestamente causó revuelo en su época, pues me quedé clavada ante la TV. La verdad es que no es nada del otro mundo, y bueno, es la típica historia de stripper-que-quiso-ser-actriz-que-conoce-a-un-director-fracasado y se enamoran. La desnudista se vuelve su musa, más típico aún, y la lenta historia, con intentos de sus personajes de decir algo filosófico cada vez que abren la boca, es interrumpida a cada rato mostrando a la protagonista desnudándose en escena. Tras un romance (nada tórrido, más bien simplón), ella muere en (ajá, la moraleja es que las putas deben morir) un accidente de carretera cayendo por un acantilado al mar. Supuestamente esto le dará coraje al personaje masculino para retomar su carrera como cineasta.

Vaya mierda.

Lo único que reconozco es que la actriz, Corinne Clery, tiene una belleza nada común. Los supuestos strip dance, dejan mucho que desear, por cierto, simplemente no muestra nada de gracia o perversión (o excitación, ¿me pregunto, estaría drogada en el rodaje?). Y simplemente está de florero en la cinta, sin más ni menos. Del reparto ni hablar, muchos actores principales extranjeros pero nada de base y calidad para sustanciar el producto final.

Quizá el truco es ése, es tan mala que no se la puede olvidar.

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La caja de recuerdos


Esta semana decidí limpiar y acomodar un poco el desastre de mi cuarto. En una de esas conseguí, mi caja de los recuerdos, que no es más que una vieja caja de zapatos (de unas botas de cuero que si me puse tres veces fue mucho). Dentro de ella hay fragmentos de mi vida, momentos que como hitos he querido preservar, cosas que no tienen ningún valor, pero que para mí valen más que una prenda de oro.

Revisando uno a uno los ítems, se me salía una sonrisa, unos tickets de conciertos, entradas para el cine, pases para el Metro, unas chapas que me regalaban cuando las coleccionaba, los empaques de los preservativos cuando perdí la virginidad, algunas fotos Polaroid que están perdiendo el color, cartas mal redactadas donde me juraban amor, conchas de mar, empaques de palitos chinos que regalaban en los restaurantes, y un montón más de basura, pero que significaba mucho para mí.

Me di cuenta que realmente no necesitaba esas cosas, esa caja me ataba a momentos que tengo en mi mente, que puedo evocar cuando me provoque, y al final, en un ataque de madurez, o de rebeldía, decidí echar a la basura, junto con muchas otras cosas más, ropa y papeles y estupideces que se van acumulando en una suerte de capitalismo emocional.

Ahora pienso, que debo hacer también una limpieza de esos que sólo me buscan para follar, que abusan de la confianza, de esa gente que está sin realmente estarlo, pero que dejan un mal bagaje, quizá deba renovar un poco el repertorio de este teatro, sólo un poco.

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Quiero portarme mal


Quiero sudor, saliva, fluidos. Hacerlo por el simple hecho de que se puede. Porque sí. Sentir la brisa refrescando el vapor que emanamos a cada vaivén. Quiero sexo. Puede ser con Simón, que es alto y grande y maduro, que sabe como es el juego. Un caballero casado que no necesita más ataduras que un polvo mágico que lo aleje de su mujer una vez a la semana. Puede ser con Franck, joven como yo, solícito cachorro que viene aullando cada vez que le insinúo la humedad de mi entrepierna. Rudo, sucio, rápido como esos viajes en moto con él por esta ciudad. Emulamos ese motor cuando me posee, con furia, pero con esa inocencia que cree que es el mejor amante del mundo, pobre. Puede ser con María, atenta, cariñosa, perversa como una marquesa de Sade, con sus lecciones de placer donde el dolor y el placer se confunden, con esa lengua que no es solo viperina, pero que quema y es fuente de un dulce bálsamo a la vez. O quizás Alex, lo suficientemente lindo e inmaduro para echar dos polvos seguidos y salir rápido de aquí. Quiero sexo, diversión, pasar el rato, follar, cojer, ser poseída, quemada por dentro que me hagan llorar o reír, gritar y gemir.

Pero mejor termino esos trabajos que debo entregar mañana en la uni.

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Friki del mes



No es por nada, me gusta coleccionar cosas, me encanta la ciencia ficción, pero llegar a esos extremos, hay que tener valentía (por no decir cojones que una es educada) para ir a un programa de TV y soltarse tal cual uno es.

Qué se yo, de repente con un par de cubatas en la cabeza, unas esnifadas y la conversa entretenida después del botellón, lo seduzco al lado oscuro ¡y me lo follo! XD

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Hola! compren un ticket y bienvenidos a mi circo


Este es mi blog, mi diario sobre mi vida. Me gusta escribir, quizás más de la cuenta, sobre todo lo que me pasa, y como esto da una especie de anonimato, pues me da seguridad de poder ser franca, lo suficiente para espantar a más de uno, o así cree mi familia, mis amigos.

Soy una friki, me va de todo y vale todo para mí, y es que me siento prisionera, pero tan acostumbrada a la cárcel o al manicomio (decidan ustedes) que es difícil salir a la calle sin enarcar una ceja.

Aquí verán en mis letras cantidad de personas y situaciones pintorescas, cosas que me pasan, que me pasarán por necia, pero que ya les contaré.

Porque mi vida es un circo.

Un saludo desde esta ciudad de mierda.

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