Heavy Metal
Provengo de una familia disfuncional, de esas en la que debes esforzarte para salir de allí y no terminar como ellos, satisfaciéndote con poco y culpando a tu destino de lo que no pudiste hacer con tu vida.
Mi padre, un workaholic que desde muy joven tuvo que enfrentarse a la vida, y mi madre, que desde muy niña le puso todo a lo que viniera, sea trabajo, vida, dos niños y un hombre que no paraba en casa.
Por comodidad se separaron, quiero decir, seguían casados por cuestión del seguro médico, y por no cargar con el estigma de ser divorciados en una sociedad que con mente puritana había entrado en la pseudo modernidad por moda, y aún no entendía ( ni entiende) esas cosas. El se mudo a un sencillo apartamento del centro, (de esos tipo estudio, una sala, un baño, un colchón en el suelo, una mesa, un TV, una soledad infinita) y mi madre con la casa y muchos cuartos para jugar, pero nunca con tiempo suficiente para hacerlo.
Secretamente, aunque nunca me faltó, (dinero, ropa, zapatos, comida y esas cosas que nunca valoramos concientemente), odiaba no tener a un padre cuando lo requería, sólo algunos fines de semana en la playa o de parques, de esas películas que atesoro, de dinero extra en la mesada para comprarme algo que se me antojaba, pero apenas me daba el beso de despedida, mi mente empezaba a odiarlo, imaginándolo yendo con una mujer más joven que la esperaba en casa, temiendo el día en que nos la presentaría, y nos dijera hijastros.
Luego al ir creciendo y ser una adolescente la relación con él fue cambiando, pasando de ser el padre protector a ser una clase de amigo extraño, y pronto intercambiábamos cassettes de Nirvana por Led Zeppelin, Blur por The Beatles y llevarme a cuanto concierto se me ocurría. Mi primera cerveza me la pagó él, mis clases de manejo fue con su carro, mi primera charla de sexo, fue con él.
Ya cuando entré en la universidad, tuve, por necesidad que quedarme en su casa. Me daba temor lo que encontraría allí, y la verdad es que nunca había ido. pero en vez de encontrarme con un altar a un amor secreto, había uno al minimalismo y la funcionalidad, muchos libros, discos, un sitio para disfrutar la paz, la soledad. Cuando se iba al trabajo y yo estaba a solas, exploraba buscando algo que me dijera que una mujer había estado allí.
Ya vencida, revisando el armario, vi una caja de cartón de esas del mercado, con signos de mucho uso. Pensé cuando la vi, que era donde mi padre guardaba esas cosas que los hombres solos tienen para aliviarse ellos mismos, y antes de abrirla elaboraba teorías: mi padre sería del tipo que prefiere Playboy o Penthouse, o ¿estaría hasta el tope de videos de siliconadas rubias o exóticas asiáticas?
Tras mucho pensar la abrí, como si fuera ese tesoro oculto que nunca descubrí en la playa, de esos que plagaban los cuentos infantiles, y sí, eran revistas, pero de esas que nunca había visto. En las portadas, salía una mujer guerrera medieval, o una del futuro, sexys, fuertes, vulnerables a veces, cómics, con otro estilo, historias donde los buenos a veces no ganaban.
Las leía y releía una y otra vez, me aprendía los nombres, de los autores: Corben, Royo, Caza, admiraba su trazo, secretamente me excitaban sus relatos. Y ese nombre tan fuerte y pegajoso, que no tenía nada que ver con lo que siempre pensé que era ese estilo musical se tatuaba en mi mente como un scarcing: Heavy Metal.
Al final, mi padre me descubrió viéndolas, su pequeño, sucio secreto, su vicio (el único que le conozco) era leer esas historietas. Juntos, compartimos esas viñetas, escogíamos las que más nos gustaban, yo misma empecé a comprar la revista, a enseñarle en internet la obra de los autores, y no, al final no había otra mujer, sino muchas mujeres, con espadas, con lásers y con mala actitud. Vimos la película juntos, esa rancia de los 80, le regalé en su cumpleaños la que salió hace algunos años.
A veces cuando me va mal, pienso que soy esa mujer guerrera que volando, se enfrenta a su destino para salvar a alguien.
Posted on lunes, 21 de septiembre de 2009 by Chica de Vinilo, under chica vinilo, circo, cómics, Heavy Metal, mis cosas, revistas. 4 comentarios.